El Puente Colgante de Clifton, The Clifton Suspension Bridge, Bristol
Una de las visitas imprescindibles para todo aquel que se desplace hasta la ciudad de Bristol, es contemplar, y atravesar, The Clifton Suspension Bridge. Un puente colgante que cruza la garganta del río Avon con unas vistas que no dejan indiferente a nadie, unas panorámicas de vértigo.
Un poco de historia del Puente Colgante de Clifton
El puente es una obra de ingeniería diseñada en 1830 por Isambard Kingdok Brunel, comenzando la construcción en 1836 y finalizando, tras una larga interrupción por falta de fondos, en 1864, cinco años después de la muerte de Brunel, una obra póstuma que le rinde homenaje.
Para sujetar el Puente Colgante de Clifton se utilizaron las mismas cadenas diseñadas por el propio Brunel para otro de sus puentes, el de Hungerpord.
Uno de los lugares desde los que contemplar el Puente Colgante de Clifton en toda su envergadura, es desde la terraza del Brigde- Cafe Clifton, en el Avon Gorge Hotel, la exusa perfecta para sentarse un rato a tomar algo disfrutando de las vistas.
Otro de los lugares es sin duda el mirador construido para este fin, en el que con un atril de piedra se da toda la información del Puente Colgante de Clifton: diseño, medidas: largo, alto, fechas de construcción, etc.
Si queremos visualizar el Puente Colgante de Clifton desde otro ángulo, podemos subir hasta el Clifton Observatory un paseo agradable entre praderas de césped que, en días soleados, y más si son festivos, se llenan de ciudadanos de Bristol y visitantes disfrutando de los rayos solares, tan apreciados en estas latitudes.
Y por supuesto no podemos marcharnos del lugar sin atravesar el puente, de pago para los coches y gratuito para peatones y ciclistas. Algo que llamó nuestra atención fue un letrero a la entrada del puente con el número de teléfono de los Samaritanos, es de suponer la cantidad de suicidios que se producen cuando hay un cartel invitando a llamar gratuitamente para hablar con ellos.